¿Porqué un Campo Feliz?


Durante muchos años, los animales han acompañado a los humanos en sus actividades diarias de caza, pesca, agricultura etc. Hoy en día son una gran compañía en nuestros hogares; y aunque quisiéramos que estén por siempre con nosotros, lamentablemente no puede ser así.

Como todo ser vivo que cumple con el ciclo de la vida, ellos no son la excepción y cuando llega el  momento de su partida, antes, no contábamos con un lugar donde  pueda descansar en paz y aunque para muchos la idea es un poco extraña, no está alejada de la realidad.

Las evidencias de animales momificados y  sepultados junto a las tumbas de sus dueños que datan desde la antigüedad en Egipto y en algunas culturas de nuestro continente, nos hace pensar que para estas culturas sus animales tenían un lugar especial y que deberían estar con ellos haciendo compañía en sus viajes post mortem. 

Mucho de nosotros hemos tenido esa gran experiencia de tener una mascota que han formado  parte de nuestra familia,  los momentos de diversión, aprendizaje que hemos disfrutado con ellos, se han convertido en recuerdos que de una u otra manera han formado parte de nuestro crecimiento como seres humanos y cuando existen estos lazos eternos, la idea de no tener un lugar donde poder enterrarlos nos entristecía y sólo contábamos con las siguientes alternativas o lugares:

  • El patio de la casa. 
  • El parque.
  • Terreno.
  • El basurero.
El patio de la casa: Muchos de nosotros hemos enterrado a más de un animalito en el patio de nuestra casa, pero muchas de las veces cuando este lugar suele ser ocupado, y no es agradable desenterrar los restos de nuestras mascotas y más aún no tener un lugar adecuado para colocarlos.

El parque: Aunque no está permitido hacerlo por tratarse de un lugar público y si aún así se entierra a una mascota en un parque, sucede lo mismo que en el patio de una casa, sus restos pueden llegar a ser removidos al momento de hacer algún tipo de mejora o regeneración en el parque.

Terreno: De propiedad pública/privada o terreno abandonado, la situación es similar que enterrarlos en el patio de la casa o en el parque sus restos en cualquier momento puede llegar a ser removidos.

El basurero: No es una opción pero lamentablemente sucede a diario más aún con animalitos que han sido abandonados y deambulan en las calles, su destino y la forma en cómo terminen es incierta ya que las autoridades encargadas no cuentan con un plan  adecuado de recolección y tratamiento de la basura.

Los riesgos que se corren al sepultar a una mascota en un lugar no adecuado:
  • Contaminación: Que se puede provocar por los fluidos que su organismo genere y que están expuestos en cualquiera de las situaciones antes mencionadas. Si el lugar en donde la mascota está sepultada pasa cerca de franjas por donde fluye agua, es muy probable que llegue a contaminarla.
  • Trasmisión de enfermedades: Si la mascota ha fallecido por enfermedades graves y contagiosas entre animales (como es el caso del Moquillo) y contagiosas para los humanos (como es la Leptospira), al sepultarlo en los lugares mencionados, habrán más probabilidades de contagiar al medio que rodea el lugar donde está sepultada la mascota.

CAMPO FELIZ el primer cementerio de mascotas en la ciudad de Guayaquil, es una excelente opción para el descanso eterno de su mascota y fue creado considerando los casos antes expuestos para evitar ese tipo de situaciones, contando con un lugar amplio y tranquilo, rodeado de la naturaleza donde nuestras mascotas descansarán en paz y sus familiares podrán visitarlos.

CAMPO FELIZ, también cuenta con el servicio de cremación, el mismo que consiste en incinerar los restos de las mascotas, colocar sus cenizas en cofres o urnas y que son entregados al propietario o dueño de la mascota.

Es cuestión de crear una cultura de higiene en el tema de dar una mejor calidad de sepultura a nuestras mascotas, y así evitar posibles enfermedades. Y lo más importante darles a nuestras mascotas una despedida digna y que se la tienen bien merecida por dar luz y brillo a nuestras vidas con su presencia en cada uno de nuestros hogares.